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blog absurdo

jueves, 11 de febrero de 2010

el amigo con el que viajaba

Hace ya años de esto, pero la cosa es que ultimamente ando mas sensible y sentimental de lo normal, y las cosas que me pasan me suben a la garganta a borbotones. Me vienen a la garganta los recuerdos de hace años, cuando me dedique a viajar con un amigo.

En realidad era como un hermano. A menudo solo caminabamos por el arcén de una carretera nacional. Otras veces cogíamos la mochila y nos subíamos a un autobús, tren o carreta. Y viajamos juntos a un montón de lugares. Compartimos el peso de equipaje, disfrutamos del color de cada día, respiramos cada aire diferente juntos y nos escuchamos llorar el uno al otro alguna que otra vez también. En algunos viajes nos volvimos locos y nuestro ser se nos salió del cuerpo mas de una vez. Otras veces viajábamos juntos pero cada uno tenia su itinerario, y solo nos reuníamos para cenar, comentar el día o solamente para reírnos un poco de nosotros mismos.

Hubo madrugadas en las que llegábamos al alba descalzos y felices. Visitábamos algunos puertos en los que los barcos sólo partían y nunca se quedaban mas que para repostar, descansar o juntar provisiones. Mi amigo miraba los barcos como si le provocasen una especie de nostalgia de otra vida posible.

Cuando un día, mirando al mar, mi amigo empezó a hablarme de Siddhartha, del personaje de Herman Hesse que quería hallar la sabiduría y hallarse a si mismo, noté a mi compañero cansado y distinto.

Le acompañe en su cansancio e intente dejarle descansar. Entonces un buen día, caí en la cuenta de que llevaba viajando solo largo tiempo. Que desde aquel día en el puerto ya no había vuelto a ver a mi amigo. Entonces se nos perdieron a ambos todas las cosas que nos unían. Se nos perdieron los colores de nuestros días y la hermandad que nos abrazaba. Sólo quedaron preguntas y sentimientos a borbotones en el lugar donde antes estaba mi amigo.

Y aquel olor a salitre....

Supongo que se fue a buscar la sabiduría, a buscarse a si mismo. Supongo que estaba demasiado 'lleno de si mismo' como para tener sitio para los dos. Supongo que en el barco en el que zarpó solo había camarotes para uno. Quizá se autodesterro y ahora guia en su barco a otros viajeros a buscar su destino.

Extraño a mi compañero de viaje. A menudo, cuando hoy en día me voy de viaje, fantaseo con toparme con mi antiguo compañero en medio de un bazar exótico, o subiendo la loma de una montaña...

... pero eso nunca ocurre. Y tal vez sea mejor así, puede que ninguno de los dos sea el que era antes.

3 comentarios:

javi fermín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
javi fermín dijo...

somos seres raros: muchas veces dedicamos tanto tiempo a viajar en nuestra propia busca que se nos olvida disfrutar del viaje y otras veces, nos olvidamos de que el mejor compañero de viaje es uno mismo y no queremos conocernos. este blog nos recuerda esas cosas, por eso me gusta.
tambien me gustan especielmente las palabras de verificación que propone. en este caso es "henedim".tambien recuerdo otras como "eniting"...curioso

jon dijo...

palabras de verificacion, dices los 'catcha'.. eso si que son raros.. mola que me leais mis chapas!