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blog absurdo

domingo, 6 de noviembre de 2011

Hacer planes y que pasen cosas que los mejoren

Esperaba que al fin llegara este fin de semana...
....y es una pena que ya haya pasado...
... afortunadamente las cosas dejan su rastro y esta resaca que ha dejado este finde es muy positiva.

Esperaba este fin de semana por cosas que había planeado, pero, como sucede a menudo, la parte mas importante de esta resaca orgasmica es consecuencia de lo no-planeado.

La cita que hace meses teníamos unos amigos y yo era la de ir a ver al mítico Kim Salmon y a los Kill Devil Hills sobre el escenario de Psilocybenea.

Aun así, el sábado no solo ocurrió eso.

La tarde del sábado nos condujo por carreteras empapadas a Usurbil. A una especie de Asador-Parque infantil. Mi familia y yo estábamos invitadxs al cumpleaños de las hijas gemelas de unxs amigxs. Yo, inconsciente, esperaba que el Asador en cuestión fuera algo así como un parque para niñxs pero de interior, sin embargo era algo mas que eso.
El Asador Maykar es algo así como un restaurante enorme con extraños matices; lo que el invitado se encuentra al entrar es una especie de hall con la barra de bar a la derecha y tras el, una gran habitación con largas mesas y sillas para infinidad de comensales, hay enormes altavoces que pueden amenizar a buen volumen cualquier celebración y al final del comedor se encuentra el escenario/pista de baile donde, en ese momento, un toro mecánico giraba con un niño sobre el. La música sonaba a decibelio suelto a ritmo del toro de metal, y niñxs y mayores corrían entre las mesas yendo de un lado a otro. Y si esto parece mucho, tranquilos porque es solo la mitad: por un pasillo a la derecha de la barra se accede a la zona recreativa para niños que consta entre otras atracciones de castillo hinchable, piscina de bolas y camas elásticas.
Tengo que admitir que aluciné y que aun no se muy bien que opinión me merece este local. Con todo, hay que admitir que lxs niñxs se lo pasaron en grande, y que nuestra niña, aunque aún es demasiado pequeña para este tipo de actividades, se volvía loca de diversión en la piscina de bolas.

No era demasiado tarde cuando salimos de Usurbil hacia casa. Todavía los padres/madres de lxs niñxs mas mayores alargaban el cumpleaños infantil en la donostiarra plaza de Easo.

Nosotros volvimos a Hondarribi.

Se acercaba el momento que llevaba un par de meses esperando. Los Kill Devil Hills de nuevo en Psilocybe y esta vez con Kim Salmon.
La noche no acompañaba de ninguna manera; llovía, soplaba un viento anti-ir-a-un-concierto, pero yo no me habría perdido este 'bolo' por nada. Recibí las clásicas llamadas de ultima hora de amigos preguntando donde nos encontraríamos, etc... Salí con dos sandwiches en el bolsillo y con intención de coger el autobús para no mojarme demasiado camino a Psilocybenea. Y aquí sucedió algo.
El conductor era una hombre poco mas mayor que yo, que no es ser muy joven, pero tampoco es ser un carcamal. Yo le pregunté cual era la parada mas cercana a la sala a la que yo iba.
Es curioso pero resulta que Psilocybenea esta a 150 m de la parada que tiene más cerca, y a unos 250 m de la siguiente parada que tampoco queda lejos. La cuestion es que la sala esta ubicada al borde de una carretera interurbana, y de hecho el trayecto del autobus pasa por delante de ella pero que ninguna parada es la mejor para llegar a ella.
Dicho esto volvemos al momento en el que el yo pregunto al conductor de este autobús cual era la parada mas cercana. Tras pensar un poco, el 'autobusero' me dijo que sino se cruzaba con mucho trafico me pararía en frente de la sala aunque no hubiese parada. No lo creí cuando le escuche, pero dicho y hecho:
Después de ir los 10 escasos minutos que duró el trayecto charlando animadamente, el conductor paro ligeramente el bus frente a la P de neón que adorna la entrada a Psilocybenea, y yo baje triunfante y agradecido, como si una limusina me hubiera dado el paseo mas VIP de mi vida.

En la puerta me encontré con mis amigos, que eran otros 4 como yo, emocionados por ver lo aquello que íbamos a ver.

No creo que pudiese describir en palabras lo que me pareció el 'bolo'. Me encanto tanto por la música, como por lo que me transmitían la gente que lo hacían. Personalmente, me daba la sensación de total honestidad en lo que hicieron tanto el mítico Kim Salmon como los Kill Devil Hills que debieron alucinar con la húmeda meteorología vasca viniendo de la árida Australia. Era la segunda vez que veía a los Kill Devil Hills y me parecieron incluso mejores que la primera vez; mas intensos, con un sonido mas compacto...

Después del ajetreo de todo el día y parte de la noche, volví a casa cuando acabo del concierto aunque mi colegas continuaran la juerga.

El domingo no ha comenzado con misa. El mal tiempo ha continuado, lo que es un fastidio, porque una niña de 13 meses recluida en casa es como intentar agarrar el paso del tiempo. Aun y todo hemos disfrutado.

Hoy domingo hemos tenido comida con invitadxs en nuestra casa, mi hermano mayor y mi futura cuñada, Amaia. Y en este caso también han sucedido cosas que han mejorado el plan inicial. El primer bacalao al pil-pil de su vida que ha hecho Mariana ha resultado que estaba 'cojonudo' y el brownie casero que ha traido Amaia, ha sido un 'marronzito' de lo buenos del que aun voy a poder dar buena cuenta mañana, porque ha sobrado.

Sin embargo, lo mejor que ha pasado en este mini-banquete y este fin de semana, no se puede comer ni escribir ni escuchar ni planear... ojala pudiera... porque si pudiera tendría la formula mágica para ser feliz.







1 comentario:

Sole SIlbando dijo...

En honor a la verdad, el “marronazo” lo hizo tu hermano, él es el cocinero en casa, yo soy una farsante culinaria. Qué bueno haber sido parte de tu fin de semana.